miércoles, 3 de abril de 2013

Malencas máquinas...


Si no has tenido ocasión de comentar en clase las diferencias entre el significado de la película y el libro puedes hacerlo aquí.
Selecciono dos párrafos -por si no has podido / querido leer el capítulo 21 y la introducción- que reflejan la concepción que del ser humano tiene Burgess, poniéndolo en relación con el título de la obra.
“Sí sí sí, eso era. La juventud tiene que pasar, ah, sí. Pero en cierto modo ser joven es como ser un animal. No, no es tanto ser un animal sino uno de esos muñecos malencos que venden en las calles, pequeños chelovecos de hojalata con un resorte dentro y una llave para darles cuerda fuera, y les das cuerda grrr grrr grrr y ellos itean como si caminaran, oh hermanos míos. Pero itean en línea recta y tropiezan contra las cosas bang bang y no pueden evitar hacer lo que hacen. Ser joven es como ser una de esas malencas máquinas.”


En la introducción -y respecto del final de la película- Burgess afirma:

“Pero no creo que sea una imagen justa de la vida humana. Y no lo creo porque, por definición, el ser humano está dotado de libre albedrío, y puede elegir entre el bien y el mal. Si sólo puede actuar bien o sólo puede actuar mal, no será más que una naranja mecánica, lo que quiere decir que en apariencia será un hermoso organismo con color y zumo, pero de hecho no será más que un juguete mecánico al que Dios o el Diablo (o el Todopoderoso Estado, ya que está sustituyéndolos a los dos) le darán cuerda. Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral.”


Después de haber averiguado el final de la novela y saber lo que pensaba Burgess del final de la película, te propongo que comentes cuál de los dos finales te parece más interesante y qué visión del ser humano te parece más acertada. Puedes poner también aquí cualquier reflexión que te haya sugerido la película.

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